La noche que Cela pasó en la cárcel

A lo largo de su vida, Camilo José Cela pasó por numerosas situaciones poco comunes. En una partida de cartas le ganó un ojo de vidrio a un tratante de burros portugués, en la película Manicomio de Fernando Fernán-Gómez salía comiendo hierba de un florero, copió a mano el manuscrito de La Familia de Pascual Duarte… y pasó una noche en la cárcel.

Fue durante su conocido viaje a La Alcarria, concretamente a su entrada a la localidad de Budia, en Guadalajara. Situémonos en el año 46, en plena posguerra, en un pueblo castellano mal comunicado, al anochecer. De pronto, por los caminos de tierra que llevan al pueblo aparece andando un hombre desconocido, de una altura y complexión considerables –desde luego, superior a la media de la época- asegurando que es escritor. La situación no se convirtió en la más propicia para Cela, a quien el alcalde de Budia consideró sospechoso, mandándolo directamente al cuartelillo.

Por mucho que Cela intentó explicarle quién era y qué hacía, no se libró hasta el día siguiente, cuando le dejaron comunicarse con el director del periódico El Imparcial. Solo después de que éste confirmase que Cela era quien decía, que trabajaba para su publicación y que no iba con malas intenciones, el Nobel pudo salir de la cárcel y continuar su viaje..

Estas y otras historias sobre Cela las podéis descubrir en la muestra Camilo José Cela 1916-2016. El centenario de un Nobel. Un libro y toda la soledad, expuesta en el Museo Centro Gaiás hasta el 19 de febrero de 2017. Especialmente, en las visitas guiadas gratuitas, que tienen lugar de martes a domingo a las 18:30 y los sábados, domingos y festivos también a las 12:30. 

Exposiciones & Intervenciones
Santiago de Compostela, 29 de Diciembre de 2016