Comisarias y artistas

- Monserrat Pis Marcos (Santiago de Compostela, 1983) | Clara Montoya (Madrid, 1974)
CONSTELACIONES II - Sara Donoso (Guadalajara, 1989) | Pablo Barreiro (Meaño, Pontevedra, 1982)
(Re)PRODUCIÓNS (entre o erro e a verdade) - Paula Cabaleiro (Cangas do Morrazo, 1986) | Alicia Framis (Barcelona, 1967)
DEJA AQUÍ LOS MIEDOS
CONSTELACIONES II | CLARA MONTOYA
La intervención Constelaciones II de Clara Montoya consiste en un mapeado de la bóveda celeste en tiempo y orientación reales. La obra asigna un sonido de voces humanas a cada estrella que atraviesa un meridiano específico, marcado por una hilera de asientos con altavoces incorporados que hace audible el giro de la Tierra: Es la dinámica del movimiento terrestre la que produce que la pieza esté viva y en evolución. Los sonidos de las estrellas que suenan son las que pasan por encima del meridiano marcado por los asientos.
Las estrellas se vinculan estrechamente con la historia de Compostela: partiendo de las luces que, según la leyenda de la inventio, indicaron a Paio el emplazamiento del sepulcro del Apóstol, hasta la supuesta etimología decimonónica de Compostela como campus stellae, los astros estuvieron siempre ligados a los avatares de la ciudad. El Códice Calixtino alude a la Vía Láctea como el trazado celeste que conduce al peregrino a la tumba del Apóstol, un camino de estrellas que culmina en un astro eléctrico que, a modo de faro, ilumina cada Año Santo la linterna de la Torre de la Berenguela.
(RE)PRODUCIÓNS (ENTRE O ERRO E A VERDADE) | PABLO BARREIRO

Mientras, la carga iconográfica de los elementos seleccionados permite al espectador reconocer su origen, la dislocación de su lugar primario y, sobre todo, una disposición diferente generan un choque de realidades que aporta al conjunto un nuevo valor estético/cultural.
DEJA AQUÍ LOS MIEDOS | ALICIA FRAMIS

Alicia Framis configura una escultura interactiva vinculada con Santiago, como lugar de tránsito y encuentro de miles de personas, llegadas de todo el mundo con distintos motivos en su maleta, su mochila o su bolsillo, es el espacio idóneo para “depositar tus miedos”. A través del Camino de Santiago, como lugar de peregrinación a lo largo de la historia, esta ciudad fue un punto de fuga para personas que creen, que desean, que confían, que dan y que reciben. Y es ahí donde
se sitúa la obra.
Una pirámide en la que nos reflejamos y encontramos. Una abertura donde reza la frase “Deja aquí los miedos”. Estamos ante una pieza que puede provocar dos «usos»: que el público escriba en un papel o en una carta sus miedos y los deposite a través de la abertura de la escultura como si fuera un buzón, o que simplemente reflexione sobre sus miedos, pretendiendo ser una caja de correos sobre sus temores.

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